Desde el punto de vista ateo, podemos decir, como Sartre, que en lo que respecta a nuestra existencia pasamos de la nada antes de nacer (o más exactamente antes de empezar a formarnos de un óvulo fecundado) a la nada justo en el momento de morir.
Pero desde un «»»panteísmo»»» (con triples comillas) materialista podemos decir que pasamos del todo cósmico, el total de materia y energía que había antes de nacer, al mismo todo una vez muertos, puesto que la materia que nos forma va a seguir existiendo formando parte del todo cósmico. Y además, transcurrimos en el todo mientras estamos vivos
Y ese todo, el todo cósmico ¿qué significa desde ese «»»panteísmo»»»?. Significa que la materia se organiza por sí sola mediante moléculas para formar organismos vivos, se organiza, se dispone, con una increíble complejidad y exactitud ( como vimos en La superioridad de las moscas de la fruta) sin que nosotros intervengamos, lo hace por sí sola. Nosotros somos emergencias de esa materia y participamos de ese transcurso de intercambio de materia y energía que es la vida.
Pero es que en la parte mental, en nuestras decisiones, voliciones, acciones, estamos siendo conducidos, y aquí sí digo conducidos en sentido estricto, por la materia y energía que nos forma, y por tanto por el cosmos mismo, cosmos del que, como hemos dicho, somos emergencias transitorias y del que nunca dejamos de formar parte, ni antes ni durante ni después de estar vivos. Si el cerebro, que guía nuestras acciones, es a su vez guiado por esas moléculas como los neurotransmisores que son materia del cosmos, por los genes que forman el cerebro físico y sus mecanismos de conducta, y los genes son materia del cosmos, entonces nosotros estamos en el cosmos y somos conducidos por el cosmos: eso es el «»»panteísmo»»».
Hay que decir que, ya sea que se le dé más importancia a los instintos en el comportamiento, o más al aprendizaje, ambas cosas, instintos y aprendizaje, son mecanismos del cerebro, mecanismos creados por la materia vía genes, vía neurotransmisores y otras moléculas, por tanto mecanismos creados por el cosmos.
Si ese cosmos es eterno, increado, está porque sí independientemente de que comprendamos qué son la eternidad y la necesidad de que exista, entonces decimos que nuestra mente y nuestras obras son creaciones del cosmos y debemos asumirlo. Pero eso concepto, asumir que nuestra mente y nuestras obras son creaciones del cosmos, se debe desarrollar más extensamente, en otra entrada